Botargas-danzantes de San Blas

Botargas-danzantes de San Blas

El 23 de Enero, San Ildefonso, se celebra “el día de las cachiporras” con objeto de recoger trigo o limosnas para confeccionar las caridades de San Blas, consistentes en panes, que una vez bendecidos, tienen propiedades curativas para las afecciones de garganta, y que se repartirán entre todos los asistentes.
 
Con gran escándalo y armados con cachiporras, recorren el pueblo chiquillos, miembros del Ayuntamiento y mayordomos de la Cofradía, llamando a las puertas de las casas. Antiguamente eran acompañados de burros con alforjas para vaciar el trigo entregado por los vecinos.
 
El día de San Blas, tras la misa mayor y cuando aparece la imagen del santo, el entusiasmo se generaliza, en especial de los coloristas botargas-danzantes que gritan y piropean al santo de una manera que parece irreverente, pero que nace da la devoción profunda a su santo patrón. Delante del santo, las botargas danzarán aleatoriamente y le gritarán piropos al abogado de los males de garganta, animados por los tres tamborileros y las dos castañuelas.
 
Las madres alzan a sus hijos a las andas de la imagen y a veces alguien paga para que el santo gire sobre la peana y mire hacia su casa bendiciéndola. Al regresar el santo a la puerta de la iglesia se subastan las borlas y se introduce en la Iglesia al santo de espaldas, mirando al gentío. El día 4 o de sanblasillo, se subastan por la tarde en la plaza los ofrecimientos y donativos que los vecinos ofrecieron al Santo por la mañana, repartiéndose mientras tanto las caridades y la sabrosa y típica garnacha.