Alto Tajo | Gastronomía
Con sus 176.265 hectáreas, es el espacio protegido de mayor extensión de Castilla-La Mancha y el tercero de España. Su gran diversidad tanto de paisajes como de seres vivos, y su excelente estado de conservación, hacen del Alto Tajo uno de los grandes referentes de la biodiversidad en España.
El Parque Natural del Alto Tajo se ubica en la parte oriental de la provincia de Guadalajara. En su extremo meridional se encuentra la intersección entre los límites de las provincias de Guadalajara, Cuenca y Teruel, en el sector central de la Cordillera Ibérica. El río Tajo presenta en esta zona un trazado muy encajado, originando una extensa red fluvial en la que los cañones fluviales adquieren especial relevancia y desarrollo. Su red hidrográfica está conformada por el tramo alto del propio río Tajo al que tributan numerosos de afluentes directos e indirectos entre los que cabe destacar los ríos Cabrillas, Bullones, Gallo, Arandilla, Salado, Ablanquejo, Hoz Seca y Tajuelo.
Desde el año 2000 está declarado como Parque Natural del Alto Tajo. En su bravo recorrido, el Tajo atraviesa los términos municipales de numerosas localidades, tales como Peralejos de las Truchas, Poveda de la Sierra, con su conocido paraje del Salto de Poveda, de 20 metros de altitud, Peñalén, y su antiquísimo Puente de Piedra, Zaorejas, con el Puente de San Pedro en sus proximidades, donde el río Gallo vierte sus aguas al Tajo, sin poder dejar en el olvido otros parajes como el Hundido de Armallones.
La aludida sucesión de cursos de agua configura un paisaje excepcional en el que destacan los cañones y hoces fluviales continuos, así como formas singulares de ladera, como cuchillos, agujas y monolitos sobre rocas calizas y areniscas rojas principalmente. Son también relevantes las parameras ocupadas por extensos y vetustos sabinares. El agua por tanto, elemento protagonista en este espacio, ha condicionado el clima, la orografía, la flora y la fauna.
Como ha quedado señalado anteriormente, si hay algo que caracteriza a este territorio es su geodiversidad y biodiversidad en un excelente estado de conservación. Si a este hecho se suma la espectacularidad de sus paisajes y el enorme potencial didáctico de muchos de sus afloramientos y enclaves, resulta fácil entender por qué este parque natural es ideal para realizar un sinfín de rutas e itinerarios que a buen seguro constituirán una experiencia única e inolvidable para los visitantes.
- Geoparque de la Comarca de Molina - Alto Tajo
El Parque Natural del Alto Tajo forma parte del recientemente declarado Geoparque Global de la UNESCO de la Comarca de Molina - Alto Tajo, siendo el primero y único en ser reconocido en Castilla-La Mancha y el más grande de España, con más de 4.300 kilómetros cuadrados de extensión y 77 núcleos de población. Este territorio destaca por su gran geodiversidad y por la espectacularidad de sus paisajes que denotan los más de 650 millones de años que han originado una increíble historia geológica a través de parajes como los cañones de los ríos Tajo y Gallo, el río de bloques de piedra de Orea, el dropstone y el yacimiento de graptolitos del yacimiento de La Tejera, en Checa, el Monumento Natural de la Sierra de Caldereros, el Valle del Mesa o el bosque fósil de la Sierra de Aragoncillo, entre otros muchos...
- MÁS INFORMACIÓN sobre el Geoparque de la Comarca de Molina - Alto Tajo
PRINCIPALES RECURSOS GASTRONÓMICOS :
La cocina tradicional de la Provincia de Guadalajara adquiere en al Alto Tajo matices que le confieren una personalidad propia, especialmente las truchas asalmonadas que se preparan de muy diversas maneras: fritas, asadas, escabechadas, ahumadas, y hasta al "agridulce", aromatizadas con miel de La Alcarria.
Los afamados asados, para los que cuenta con la exquisita carne de corderos alimentados con las finas hierbas del páramo molinés, el morteruelo, los bolos con morro, las setas y las migas.
La caza, sobre todo el venado, se puede encontrar en muchos restaurantes de la zona, con sabrosas recetas.
En el apartado de los dulces destacan la leche frita, los huevos de dulce y las patas de vaca, dulce típico molinés.
En Semana Santa, los huevos verdes (huevos duros con bacalao, perejil, ajo...) y limonadas.
En Otoño también abundan los platos de níscalos y el boletus edulis, seta u hongo muy abundante en la zona y que cada día es más apreciado en el mundo de la cocina. - La trufa negra Si en el Invierno se acerca por esta tierra, es un manjar, en muchos de estos pueblos, probar sus platos trufados con la exquisita trufa negra autóctona de Molina de Aragón, especialmente las calderetas de cabrito.
Aunque la explotación en la comarca de este preciado producto culinario apenas tiene tres décadas de tradición, este nuevo "diamante negro" de la gastronomía molinesa se ha convertido en poco tiempo en su condimento más diferenciador y emblemático, seña de identidad de la alta calidad de su innovadora cocina. Precisamente y con el objetivo prioritario de dar a conocer las propiedades de este preciado recurso gastronómico, cada año, en torno al mes de Febrero, se celebra en Molina de Aragón la ya popular Feria de la Trufa, ya que la comarca molinesa, por sus cualidades de altitud, suelo y climatología, resulta una zona muy propicia para el cultivo y la producción de la trufa negra, por lo que la truficultura ofrece muchas posibilidades para un buen número de agricultores como alternativa a la agricultura tradicional.
La Feria, que en este año de 2018 cumplirá su novena edición, trata de poner en valor las valiosas peculiaridades de un producto cada vez más demandado en la alta cocina española, desarrollándose en cada edición un denso programa de actividades que van desde el tradicional concurso de tapas y degustación de productos, hasta el concurso de perros truferos, la exhibición de aperos utilizados en su producción y el afamado concurso amateur de platos elaborados con trufa.
Los afamados asados, para los que cuenta con la exquisita carne de corderos alimentados con las finas hierbas del páramo molinés, el morteruelo, los bolos con morro, las setas y las migas.
La caza, sobre todo el venado, se puede encontrar en muchos restaurantes de la zona, con sabrosas recetas.
En el apartado de los dulces destacan la leche frita, los huevos de dulce y las patas de vaca, dulce típico molinés.
En Semana Santa, los huevos verdes (huevos duros con bacalao, perejil, ajo...) y limonadas.
En Otoño también abundan los platos de níscalos y el boletus edulis, seta u hongo muy abundante en la zona y que cada día es más apreciado en el mundo de la cocina. - La trufa negra Si en el Invierno se acerca por esta tierra, es un manjar, en muchos de estos pueblos, probar sus platos trufados con la exquisita trufa negra autóctona de Molina de Aragón, especialmente las calderetas de cabrito.
Aunque la explotación en la comarca de este preciado producto culinario apenas tiene tres décadas de tradición, este nuevo "diamante negro" de la gastronomía molinesa se ha convertido en poco tiempo en su condimento más diferenciador y emblemático, seña de identidad de la alta calidad de su innovadora cocina. Precisamente y con el objetivo prioritario de dar a conocer las propiedades de este preciado recurso gastronómico, cada año, en torno al mes de Febrero, se celebra en Molina de Aragón la ya popular Feria de la Trufa, ya que la comarca molinesa, por sus cualidades de altitud, suelo y climatología, resulta una zona muy propicia para el cultivo y la producción de la trufa negra, por lo que la truficultura ofrece muchas posibilidades para un buen número de agricultores como alternativa a la agricultura tradicional.
La Feria, que en este año de 2018 cumplirá su novena edición, trata de poner en valor las valiosas peculiaridades de un producto cada vez más demandado en la alta cocina española, desarrollándose en cada edición un denso programa de actividades que van desde el tradicional concurso de tapas y degustación de productos, hasta el concurso de perros truferos, la exhibición de aperos utilizados en su producción y el afamado concurso amateur de platos elaborados con trufa.
Comenzamos la ruta por Ocentejo, localidad a la que accedemos tras desviarnos en el Kilómetro 103 de la A-2 hacia la N-204, dirección Cifuentes, y tomar en esta localidad la CM-2021 hasta Sacecorbo.
Aquí seguimos por la carretera local GU-929, para alcanzar Ocentejo en 10 kilómetros.
Volvemos atrás de nuevo a Sacecorbo y seguimos adelante por la CM-2021 hasta Riba de Saelices.
Aquí tomamos la CM-2113, que nos llevará de manera jalonada a Huertahernando, Villar de Cobeta y Puente de San Pedro.
Tomamos después la CM-2015, para llegar a Zaorejas, luego al cruce de Villanueva de Alcorón, donde nos desviamos por la CM-2101 para llegar a Peñalén. Desde aquí a Poveda de la Sierra, Taravilla y Peralejos de las Truchas, bien podemos acceder por la pista forestal que bordea el río, aunque tiene acceso restringido en épocas de mayor afluencia turística, o bien podemos seguir el recorrido por carretera, a través de la CM-210 primero, y posteriormente por la CM-2106.
Seis kilómetros más delante de Taravilla, nos encontramos el cruce para tomar la CM-2111 que nos conduce a Terzaga, Chequilla, Checa y Orea. Desde Terzaga también tomamos el desvío a la CM-2106, que nos lleva a Peralejos de las Truchas, en el caso de que hayamos optado por descartar la pista forestal, según se indicaba anteriormente.
Volvemos atrás de nuevo a Sacecorbo y seguimos adelante por la CM-2021 hasta Riba de Saelices.
Aquí tomamos la CM-2113, que nos llevará de manera jalonada a Huertahernando, Villar de Cobeta y Puente de San Pedro.
Tomamos después la CM-2015, para llegar a Zaorejas, luego al cruce de Villanueva de Alcorón, donde nos desviamos por la CM-2101 para llegar a Peñalén. Desde aquí a Poveda de la Sierra, Taravilla y Peralejos de las Truchas, bien podemos acceder por la pista forestal que bordea el río, aunque tiene acceso restringido en épocas de mayor afluencia turística, o bien podemos seguir el recorrido por carretera, a través de la CM-210 primero, y posteriormente por la CM-2106.
Seis kilómetros más delante de Taravilla, nos encontramos el cruce para tomar la CM-2111 que nos conduce a Terzaga, Chequilla, Checa y Orea. Desde Terzaga también tomamos el desvío a la CM-2106, que nos lleva a Peralejos de las Truchas, en el caso de que hayamos optado por descartar la pista forestal, según se indicaba anteriormente.