La Caballada

La Caballada

Es una de las celebraciones más antiguas y curiosas de España, pues se celebra desde el año 1162. Cuenta con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Los protagonistas de dicha celebración son los miembros de la Cofradía de la Santísima Trinidad, que tiene sus orígenes en los antiguos gremios medievales formados para la defensa de los intereses de un oficio o actividad, como era en este caso la de los arrieros o transportistas de mercancías en mulas, de los que había un buen número en esta villa.

En 1158 muere Sancho III y su hijo Alfonso VIII hereda el Reino de Castilla siendo un niño de cuatro años. Las familias de los Castro y de los Lara pugnan por la tutoría del monarca, aunque en el testamento de Sancho III se le otorgaba a los primeros. Ante esta circunstancia su tío, el Rey Fernando II de León, posiblemente viendo la oportunidad de gobernar en ambos reinos, entró en Castilla al frente de un ejército para apoderarse del pequeño Alfonso, que estaba custodiado en Atienza, una de las villas mejor fortificadas del reino.

No tardaría en sufrir el cerco al que le someterán las tropas del rey de León.En la mañana del domingo de Pentecostés del año 1163, los lugareños de esta villa deciden sacar por la Puerta de la salida a su rey, escondido en una comitiva de arrieros camuflado entre sus mercadurías para llevarle a Segovia y ponerle a salvo.

Al llegar a la Ermita de la Virgen de la Estrella, mientras un grupo de arrieros permanece danzando y bailando, como maniobra de distracción, el resto de la comitiva consigue pasar y tras siete jornadas de viaje, logra llegar a su destino. Este acto de valentía y fidelidad fue la base de una celebración anual que los vecinos de Atienza han mantenido incólume durante más de ocho siglos: La Caballada. El sábado vísperas de Pentecostés se conoce como día de las siete tortillas: se hacen siete tortillas con diferentes rellenos, que representan cada uno de los días que se invirtieron en trasladar desde Atienza a Segovia al rey niño.

Este mismo día, el prioste, el mayordomo, el manda y la junta de la cofradía, acuden a la Ermita de la Estrella, acompañados de dulzaina y tamboril, para plantar el ramo en que al día siguiente aparecerán colgadas las roscas y frutos que se han de subastar.A la mañana siguiente, vestidos todos los cofrades con traje castellano oscuro, de pana, con grandes capas pardas, sobreros de ala ancha y una vez recogido al abad, recorren a caballo las históricas calles de Atienza camino de la ermita de Nuestra Señora de la Estrella y escuchas la santa misa.

Allí se saca en procesión a la Virgen, se subastan las andas y un árbol de rosquillas.Por la tarde tiene lugar el baile de los cofrades en recuerdo de aquellos otros que, en su día, llamaron la atención de los soldados leoneses. Parece como si cada cofrade bailase con la Virgen una danza ágil para la que se necesita gran destreza. Regresan, precedidos por el abanderado, a la villa, al arrabal de Puertacaballos, donde tendrán lugar desenfrenadas carreras a caballo por parejas de los cofrades