La Rueda
Esta fiesta está organizada, año tras año, por la Cofradía de la Virgen de la Virgen de las Candelas, formada únicamente por hombres solteros y de entre los que se nombran seis cargos: un piostre, un padre de los mozos y los mayordomos.
Por la mañana, los mozos con cargo entrante, junto con el Padre de los Mozos saliente, al que podemos distinguir por la vara que lleva en la mano y acompañaos por el cetro, recorren las calles del municipio junto con los músicos, recogiendo de casa en casa en unas cestas de mimbre, diversos productos, objetos, regalos, etc. que luego se subastarán el “La Rueda”, realizada en la plaza mayor, frente a la iglesia, una vez finalizada la misa celebrada en honor a los hermanos difuntos.
En la "Rueda" la gente se coloca formando un circulo de gran tamaño, alrededor de una línea pintada por el Padre de los Mozos y demás cargos con cal o yeso sobre el suelo. El Padre de los Mozos se coloca en el centro de este círculo, sosteniendo en una mano una vara larga y en la otra el producto a subastar. Los encargados de dar al Padre de los Mozos las cestas con los productos a subastar son los mayordomos y el piostre lleva las cuentas de las pujas que se vayan haciendo.
Las cestas con los productos que se van subastando se colocan en el centro del círculo y de ellas se separa convenientemente el mencionado padre de los mozos. Se suelen subastar productos de todo tipo, pero hay algunos de especial significado como por ejemplo las naranjas, que al final de la subasta se arrojan a los niños y niñas asistentes, las bandejas con seis bollos de la Virgen hechos por la Cofradía para este acto, la pareja de pichones de la Virgen donados por el sacerdote, las varas con las que defiende la subasta el padre de los mozos (siempre en último lugar), etc.
Ya es el momento oportuno de que cualquiera de los asistentes pueda atravesar dicho círculo e intentar llevarse alguno de los productos. Si logra salir podrá quedarse con lo que haya podido coger sin pagar absolutamente nada. El padre de los mozos tratará de evitarlo y lo más probable sea que el valiente se lleve algún varazo en las costillas y sin cesta.