Los Soldados de Cristo. Vigilia Pascual

Los Soldados de Cristo. Vigilia Pascual

El eje conductor de los actos que se celebran en esta población, son obra de la Hermandad de los Soldados de Cristo. Esta hermandad tiene sus orígenes a finales del Siglo XV o principios del XVI. En la actualidad dicha hermandad la forman 15 miembros, presididos por un capitán, un teniente y un sargento.

 

El Domingo de Ramos se reúnen los miembros de la hermandad para proceder al sorteo y designación de las funciones que realizaran en los días venideros, guardias, custodia del sepulcro, acompañamiento del abad, lavatorio, etc. Visten de traje negro de pana, sobrero de ala ancha a juego y, en bandolera, una cinta o banda roja con un detente a la altura del pecho con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, crucifijo en el extremo y una pica o alabarda de grandes dimensiones con el símbolo de Budia en la punta.

 

El Jueves Santo se reúnen en la plaza de las Cuatro Calles, donde forman  militarmente en fila de a dos,  hasta que el  teniente dé novedades al capitán, marchando en formación hasta la iglesia; ya en la puerta del templo el capitán pasará revista, mandando formar a ambos lados de la puerta un pasillo por el cual accederán los feligreses, mientras el capitán con cuatro soldados irá en busca del sacerdote a su casa, dando tres golpes en la puerta (símbolo de la Santísima Trinidad).  Acabada la misa se quedarán dos centinelas, mientras el resto asiste a la procesión, el capitán se colocara detrás de la Cruz, y será el encargado de indicar las paradas a realizar.

 

A partir del jueves los soldados recorrerán el pueblo haciendo sonar las carracas como sustitución del repique de campanas, avisando de los oficios y del Vía Crucis. El primer deber de los soldados el Viernes Santo será preparar el Vía Crucis, durante el cual escoltarán al porteador de la Cruz. Por la tarde la procesión del Entierro donde los Soldados llevarán el sepulcro, terminará en la ermita de la Soledad, en cuyo lugar habrá dos soldados haciendo guardia.

 

Antes de anochecer se irán colocando antorchas desde la iglesia hasta la ermita de la Soledad, y a las once de la noche se apagarán todas las luces del pueblo para así dar comienzo a la procesión de las Antorchas; la imagen de la Dolorosa irá acompañada por el golpeteo de las lanzas de los soldados contra el suelo. Es éste un espectáculo sobrecogedor donde se une lo profano y lo litúrgico.

 

El sábado, los Soldados preparan la hoguera en el atrio de la iglesia para la bendición del agua y el fuego y el encendido del Cirio Pascual, y en el momento de Gloria, comienzan a repicar las campanas, para anunciarnos que ha resucitado el Señor.

 

El Domingo de Resurrección, una vez finalizada la misa y desde la iglesia partirá la procesión del Encuentro, durante la que escoltarán la Custodia, que camina bajo palio, sostenido por las autoridades. Se encontrarán con otra procesión, exclusiva de mujeres, que portando a la Virgen se encontrará con su hijo en la plaza, momento en el que le quitan el velo de luto.

 

Tras la bendición del sacerdote, regresan a la iglesia, donde se realiza el triunfo de la Cruz sobre las lanzas con estas palabras "Este es el triunfo de Cristo Resucitado".